Sexo tantrico madrid

De este modo, es necesario saber pedir lo que queremos y lo que nos gusta, lo que nos apetece en cada momento, así como escuchar también a la persona que tenemos delante. O lo que podríamos denominar como alcanzar el equilibrio.

Es decir, acompasar tu energía y tus ritmos con los de la otra persona para poder fluir y estar en armonía. Incluso, en ocasiones, se confunde también con el Kamasutra.

Sin embargo, nada o muy poco tiene que ver con todo esto. Disfrutar con libertad", añade esta especialista. Son filosofías que tienen tras de sí una gran historia y que movimientos como el hippie en los años 60 en Estados Unidos acercaron a Occidente.

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Acudo allí recién duchado, inquieto y entusiasmado al mismo tiempo por la posibilidad de terminar en una orgía mística. Las primeras palabras de Luis Duro , sexólogo experto en tantra y conductor del taller, refuerzan mi idea de una potencial bacanal: No hay que llegar tan lejos, pero sentíos libres de fluir y que ocurra lo que ocurra". Seguidamente una chica, que ya había participado en otro taller similar, confiesa haberse corrido la vez anterior.

Pero volvamos al sótano de Los Placeres de Lola. La primera lección la aprendo pronto: Ya sabes: Que seamos, dice el sexólogo con una sonrisa de oreja a oreja, "la mismísima caricia y no quien acaricia o es acariciado".

Que seamos el roce. Que seamos el beso. Que seamos el sexo. Y aprendo entonces la segunda lección de la tarde: Atención plena. Egos fuera. Problemas fuera. No intentar tener siempre el control de lo que estamos haciendo: Tenemos que aceptar como somos cada un o y buscar todas esas cosas buenas: En la sociedad y en el momento en que vivimos es muy difícil dejar de lado el reloj.

Siempre estamos pensando en la lista de la compra, el trabajo de mañana, la cena de esta noche o en todas las cosas que tenemos que hacer. Para ello, el especialista Diego Jiménez nos cuenta cómo lo tienen que hacer los hombres:. De esta forma se consigue tener un orgasmo controlado por el propio hombre y se impide que se eyacule, por lo que puede continuar con el acto sexual. Es decir, que cuando quiera eyacular, ya no pueda.

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La cama, ese lugar que tanto utilizamos para el sexo convencional: Suele practicarse en el suelo encima de una manta, un pañuelo grande, un Kilim…. No se trata de imitar unas posturas establecidas sino de sentir, estimular y llegar a un equilibrio con la otra persona.